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Lectura día:

sábado, 21 de junio de 2025

Primera lectura


2Co 12,1-10


Muy a gusto me glorío de mis debilidades


Lectura de la segunda carta del apóstol san Pablo a los Corintios.


HERMANOS:

¿Hay que gloriarse?: sé que no está bien, pero paso a las visiones y revelaciones del Señor.

Yo sé de un hombre en Cristo que hace catorce años —si en el cuerpo o fuera del cuerpo, no lo sé; Dios lo sabe— fue arrebatado hasta el tercer cielo. Y sé que ese hombre —si en el cuerpo o sin el cuerpo, no lo sé; Dios lo sabe— fue arrebatado al paraíso y oyó palabras inefables, que un hombre no es capaz de repetir.

De alguien así podría gloriarme; pero, por lo que a mí respecta, solo me gloriaré de mis debilidades.

Aunque, si quisiera gloriarme, no me comportaría como un necio, diría la pura verdad; pero lo dejo, para que nadie me considere superior a lo que ve u oye de mí.

Por la grandeza de las revelaciones, y para que no me engría, se me ha dado una espina en la carne: un emisario de Satanás que me abofetea, para que no me engría. Por ello, tres veces le he pedido al Señor que lo apartase de mí y me ha respondido:

«Te basta mi gracia: la fuerza se realiza en la debilidad».

Así que muy a gusto me glorío de mis debilidades, para que resida en mí la fuerza de Cristo.

Por eso vivo contento en medio de las debilidades, los insultos, las privaciones, las persecuciones y las dificultades sufridas por Cristo. Porque cuando soy débil, entonces soy fuerte.


Palabra de Dios.


Salmo


Sal 34(33),8-9.10-11.12-13 (R. 9a)


R. Gusten y vean qué bueno es el Señor.


V. El ángel del Señor acampa en torno a quienes le temen

y los protege.

Gusten y vean qué bueno es el Señor,

dichoso el que se acoge a él. R.


V. Todos sus santos, teman al Señor,

porque nada les falta a los que le temen;

los ricos empobrecen y pasan hambre,

los que buscan al Señor no carecen de nada. R.


V. Vengan, hijos, escúchenme:

los instruiré en el temor del Señor.

¿Hay alguien que ame la vida

y desee días de prosperidad? R.


Evangelio


Mt 6,24-34


No se agobien por el mañana


Lectura del santo Evangelio según san Mateo.


EN aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos:

«Nadie puede servir a dos señores. Porque despreciará a uno y amará al otro; o, al contrario, se dedicará al primero y no hará caso del segundo. No pueden servir a Dios y al dinero.

Por eso les digo: no estén agobiados por la vida de ustedes pensando qué van a comer, ni por el cuerpo de ustedes pensando con qué se van a vestir. ¿No vale más la vida que el alimento, y el cuerpo que el vestido? Miren los pájaros del cielo: no siembran ni siegan, ni almacenan y, sin embargo, su Padre celestial los alimenta. ¿No valen ustedes más que ellos?

¿Quién de ustedes, a fuerza de agobiarse, podrá añadir una hora al tiempo de su vida?

¿Por qué se agobian por el vestido? Fíjense cómo crecen los lirios del campo: ni trabajan ni hilan. Y les digo que ni Salomón, en todo su esplendor, estaba vestido como uno de ellos. Pues si a la hierba, que hoy está en el campo y mañana se arroja al horno, Dios la viste así, ¿no hará mucho más por ustedes, gente de poca fe? No anden agobiados pensando qué van a comer, o qué van a beber, o con qué se van a vestir. Los paganos se afanan por esas cosas. Ya sabe su Padre celestial que tienen necesidad de todo eso.

Busquen sobre todo el reino de Dios y su justicia; y todo esto se les dará por añadidura. Por tanto, no se agobien por el mañana, porque el mañana traerá su propio agobio. A cada día le basta su desgracia».


Palabra del Señor.

FUENTE: ORDO COLOMBIANO

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